domingo, 28 de agosto de 2011

Chispas!

Nunca antes había hecho la maleta para un huracán. Ni había llegado a un supermercado y me había encontrado las estanterías vacías de agua o pan. Tampoco me había encerrado con linternas, la bañera llena de agua y la cocina con comida que no necesita refrigeración. Pero como siempre hay una primera vez para casi todo, en estas vacaciones he vivido mi primer terremoto y mi primer huracán. Chispas!

En la tele, todo el rato las noticias, donde ahora mismo veo los árboles arrancados por la tormenta en Central Park, calles inundadas, familias sin luz y un mapa de la evolución del huracán donde el rojo ha perdido intensidad hora tras hora para rebajarse hasta un amarillo intenso y quedarse en tormenta tropical.


Ayer por la tarde, cruzar Manhattan en coche sin tráfico ni turistas y  las tiendas cerradas, todo bajo una lluvia intermitente y gris, resultaba realmente inquietante. Era una ciudad a la espera, conteniendo la respiración; una ciudad estática, como en pausa...

Nuestro encierro empezó a las siete de la tarde en un piso de la 57 en el West Side. Tras las presentaciones y un vinito de bienvenida, probé los tostones y el piñón (uhmm, riquísimos), lo que me acredita definitivamente para viajar a Puerto Rico, donde por cierto saben mucho de huracanes, así que no se me ocurre nada mejor que estar con auténticas expertas en estos momentos.

Pero el sol de PR tendrá que esperar. De momento sigo aquí, junto a una ventana que solo te devuelve lluvia y viento tan intensos que parecen querer borrar cualquier recuerdo de los días de cielo azul. Por delante, nos quedan unas cuantas horas sin salir a la calle y con la incertidumbre de cuando podremos dar por concluida la tormenta y cuanto tardaremos en ir recuperando la normalidad. Lo mejor es que no nos han cortado ni la luz ni el agua, así que esto es casi como un domingo de invierno de peli (en versión original, of course) y sillón.

En el último post me hacía dos preguntas: para la primera, la respuesta es sí, viajamos a DC, pero como la actualidad se impone dejo pendiente la crónica hasta que Irene se vaya definitivamente.

Y la salida del vuelo, está por confirmar. De momento el aeropuerto sigue cerrado. Emoción hasta el último minuto...

1 comentario:

  1. Menos mal que no ha sido tan grave como decían. Pero estoy temblando que tu vuelo pueda alargarse, no sea que en ese intervalo de tiempo haya algún otro fenómeno, vamos... que no te has privado de nada jajaja
    Ya estoy tranquila, y gracias a la gente que te ha acogido en su casa. Besos

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