lunes, 15 de agosto de 2011

An Affair to Remember

Aviso a quienes en un gesto de romanticismo cinéfilo decidan sellar su amor en el Empire State: calculad aproximadamente una hora de margen antes de empezar a pensar en el temido plantón o en imprevistos desgraciados de cualquier índole. También recomiendo vivamente quedar en la planta 102 y no en la 86, donde se sitúa el primer observatorio, porque con tanta gente puede quedar un poco descafeinada la cosa.

Pero no quiero que este inicio tan prosaico os engañe. Vengo absolutamente emocionada de la visita al Empira State, con ganas de ver otra vez 'An affair to remember' (en España 'Tú y yo'), el remake 'Sleepless in Seattle' (Algo para recordar) e incluso King Kong.


Mirar desde arriba suele provocar sensación de control y superioridad, pero muy al contrario, mi impresión al situarme en el punto más alto de la ciudad ha sido la de asomarme a algo inabarcable, casi irreal. La imagen de edificios interminables llenos de luces que nunca se apagan, avenidas paralelas como pistas de despegue y un río a oscuras que difumina los límites de Manhattan resulta abrumadora. Es como si nadie viviera allí abajo, como si al bajar del ascensor no entraras en esa foto que acabas de hacer sino en otro sito más asequible.


Esta mañana he visto unas cuantas fotos de 1931, año en el que se acabó de construir el Empire State. Ha sido en el Museo de la Ciudad de Nueva York del que os dejo esta portada de Vanity Fair ni más ni menos que de 1926.


2 comentarios:

  1. Impresionante!!! no me extraña que parezca casi irreal ver toda la ciudad desde esa altura de vértigo. Ahora entiendo los gritos de la bella Ann, no es porque King Kong sea feo, era pensando en la caída. Vamos, para haberse matao...

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  2. He estado mirando dos minutos la foto con los pelos como escarpias. Sólo por estar ahí un rato merece la pena ir. No crees?

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