jueves, 18 de agosto de 2011

Doggy Bag

Impensable en Madrid, este acertado eufemismo tan extendido en este país me dará mañana de cenar. Y yo me pregunto quién ha dicho que es de mala educación llevarte a casa lo que te ha sobrado en un restaurante. Visitamos Disneyland, comemos hamburguesas y hot dog, celebramos Halloween, vemos sus películas y dejamos que marquen la moda y hasta el valor de nuestra deuda nacional, pero resulta que a los europeos nos da vergüenza salir de un restaurante con una bandejita de comida. Costará, pero confío en que finalmente importaremos la doggy bag, sólo hay que pensar en un buen nombre comercial para ello porque dudo de que la traducción literal funcione.





Central Park, con un poco de lluvia al amanecer, consigue engañar a las estaciones del año y el olor a mojado anticipaba la temporada de otoño aunque todavía se lleve el verde. Y pese a que la luz de los días nublados casi siempre le resta un par de puntos al estado de ánimo, hoy no ha sido el caso. Entrando por la 77st me he encontrado esta deliciosa estatua de bronce dedicaca a Alicia en el país de las maravillas, he seguido hasta el lago para acabar en un jardín estilo europeo a la altura de la 103 y lo cierto es que me he quedado con las ganas pasar allí todo el día. Pero mi responsabilidad disfrazada de disciplina me ha obligado a salir del parque e ir a mis clases.

Dejo para el final, y no por ello menos importante, nuestro apoteósico debut en las clases de salsa. Cargadas de autoestima y rozando incluso la chulería hemos decidido saltarnos la categoría de principiantes y meternos en el siguiente nivel. Craso error. Durante unos tres minutos nos hemos convertido en los dos elementos discordantes del grupo, que creo que sufría al ver como nos cargábamos sin miramientos su calculada coreografía. Sonrientes pero derrotadas hemos huído de allí para incorporarnos a uno de los grupos de gente más heterogéneos con los que me he cruzado nunca. Necesitaría haber tomado notas para poder describir como se merece los diferentes personajes que reflejaba aquel enorme espejo. Sólo os daré un par de apuntes: abundan hombres arrítmicos, mujeres algo extravagantes y un tipo que es la viva estampa del fracaso de Billy Elliot, con mallas y todo. Sinceramente, Bea y yo somos las alumnas más aventajadas, pero al parecer no tanto como para pasar al nivel 2. Qué difícil es siempre encontrar el término justo de las cosas...

1 comentario:

  1. Espero que haya vídeos y/o documentos fotográficos de tal evento.

    Otra cosa que decir:

    estudia, estudia, estudia, estudia, estudia, estudia, estudia, estudia, estudia, estudia.

    No vas más eh?

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